Escala de construcción

Un coche es algo muy grande, a menudo pesa más de tonelada y media. Por ello, su construcción deja una huella considerable.

En concreto, construir un coche eléctrico de la misma autonomía que uno de combustión emite más gases de efecto invernadero. Esto se debe principalmente a la batería y a su considerable peso.

A pesar de ello, en Francia, a lo largo de la vida útil del coche y, por tanto, del número de kilómetros recorridos, elegir un coche eléctrico es claramente mejor para el clima.

Mejor, ¡pero ni mucho menos pobre! Hoy ya no se trata sólo de comparar soluciones técnicas, sino de evaluar las compras en relación con los objetivos climáticos.

Existe una amplia gama de datos sobre las emisiones de la fabricación de vehículos. La primera aproximación utilizó el estudio FNH-Carbone4, que propone factores de emisión para la fabricación de 2 tamaños de vehículos, distinguiendo entre vehículos de combustión interna, eléctricos e híbridos. Algunos de los datos relativos a los vehículos parecían incoherentes y, desde un punto de vista metodológico, necesitábamos mayor precisión a la hora de calcular la huella de los vehículos eléctricos.

Por eso adoptamos ahora el siguiente enfoque:

• Para los vehículos de combustión interna, utilizamos datos de la base Empreinte de ADEME, que da un valor de 4,5 kgCO2e/kg para la construcción de un coche. Aplicamos este factor a la masa del coche para obtener la huella de construcción, cuya masa viene determinada por el tamaño del vehículo.
• Para los vehículos eléctricos, calculamos la huella de la batería en función de su capacidad y, a continuación, añadimos la huella de la construcción de un coche de combustión de autonomía equivalente.
• Para los vehículos híbridos, utilizamos los mismos datos que para los vehículos eléctricos (hipótesis fuerte, véase la nota sobre la escala híbrida).