Amortización

Hubo animadas discusiones sobre la depreciación del coche. Anteriormente, para desincentivar la compra de coches nuevos, se había ideado un sistema de depreciación no lineal, que disminuía bruscamente con el tiempo, a lo largo de 10 años. Esta depreciación no lineal tenía el mérito de desincentivar las nuevas compras y de dejar claro al usuario que una gran parte de la huella del vehículo está ligada a su producción y, por tanto, a la compra de un coche nuevo.

Pero esta depreciación no lineal no era fácil de entender para los usuarios, y no logró su objetivo pedagógico. Además, creaba un doble discurso en Nos Gestes Climat, ya que en las acciones propuestas a los propietarios de vehículos, se propone la compra de un vehículo eléctrico, que está fuertemente penalizado si se compra nuevo en la huella de carbono individual.

Por último, hubo una excepción en el simulador de Nos Gestes Climat: todos los demás activos se amortizan de forma lineal (la huella de construcción se divide por la vida útil del activo).

Por tanto, decidimos volver a la amortización lineal durante la vida útil del coche, que se mide en años.

Pero seguía sin gustarnos cómo funcionaba: penalizaba mucho a los conductores de trayectos cortos y no parecía muy justo en relación con la realidad de un vehículo, cuya vida útil se expresa más bien en km.

Así que, al final, optamos por este sistema: la depreciación del vehículo se basa en el número de km recorridos, en relación con el número máximo de km correspondiente al tamaño del vehículo.